Terapia asistida con mascota (TAM)

La TERAPIA ASISTIDA CON PERROS, forma parte de una intervención complementaria en la que el animal es parte del apoyo de los tratamientos convencionales, facilitándose durante los procesos terapéuticos a contribuir en el desarrollo global de la persona. Su objetivo es mejorar el área física, social, emocional y cognitiva del paciente con o sin discapacidad. Por ello, El centro de Psicología CAPPE introduce como nueva herramienta de apoyo y de trabajo terapéutico, diseñando sesiones y objetivos de intervención de manera significativa y progresiva, según las necesidades de cada paciente. Posteriormente, se evaluarán los resultados obtenidos en un menor periodo de tiempo.

La presencia de perros como asistentes a la terapia ayuda a tranquilizarles, especialmente en personas con discapacidad en los momentos críticos de terapia, haciendo más fácil su mejoría. Los perros en sí no poseen poderes mágicos ni curativos, sino que son, sin duda, reforzadores positivos que despiertan los estímulos multisensoriales e interactivos capaces de facilitar la sonrisa, la comunicación, crear emociones y conductas, aprendiendo a implicar en los aprendizajes. Además, permite que se olviden, por un momento, del dolor o sufrimiento que padecen.

A través de las dinámicas diseñadas, con el perro y el paciente como protagonistas, se pueden trabajar en el área emocional (identificación y canalización en las expresiones emocionales, el control de los impulsos, el manejo de los niveles de ansiedad, etc.), el área cognitiva (potencia la atención y la memoria, mejora el lenguaje y la comunicación, contribuye en el desarrollo de nuevos aprendizajes, etc.), el área física (ayuda en la dificultad de locomoción, mejora el autocontrol de fuerza física a través del contacto con el perro, etc.) y las relaciones sociales (establecer relaciones con los demás, resolución de conflictos, forjan vínculos afectivos, etc.)

Un perro de terapia es seleccionado y entrenado para participar en las sesiones terapéuticas de manera activa y justificada. Se cumple una serie de requisitos en cuanto a salud canina, carácter y habilidades, garantizando las buenas prácticas en estas intervenciones siempre bajo control de revisiones periódicas de veterinarios y especialistas.